Fabaceae: familia del frijol
La familia del frijol, o de las leguminosas, es una de las más abundantes en los bosques del Chichinautzin. Incluye todo tipo de plantas, desde enredaderas como el frijol (género Phaseolus) y hierbas como el trébol (género Trifolium) y el lupino (género Lupinus), hasta pequeños arbustos como Desmodium o árboles como los huajes, los colorines y las acacias.
Lo que distingue a todos los miembros de esta familia son sus frutos en forma de vaina.
Lo que distingue a todos los miembros de esta familia son sus frutos en forma de vaina.
Las leguminosas y el nitrógeno |
Las raíces de muchas leguminosas se asocian con bacterias llamadas rizobios. Las plantas le dan azúcares a los rizobios, y estos a cambio les dan nitrógeno. A pesar de que la atmósfera terrestre es 70% de nitrógeno, este nutrimento limita el crecimiento de las plantas en muchos ecosistemas. El problema es que el nitrógeno de la atmósfera está en forma de moléculas de dos átomos de nitrógeno unidos por un enlace químico fuertísimo. Ninguna planta posee la maquinaria enzimática necesaria para romper semejante enlace.
Hay sólo dos fuerzas en la naturaleza capaces de romper el enlace entre dos átomos de nitrógeno. La primera son los relámpagos. Los relámpagos rompen el enlace entre átomos de nitrógeno del aire y éstos se combinan con oxígeno para formar óxidos de nitrógeno, que las plantas pueden utilizar. Así, cada vez que hay una tormenta eléctrica, llueve un poco de fertilizante. La segunda son los rizobios, que tienen enzimas tan poderosas que pueden combinar el nitrógeno de la atmósfera con oxígeno para formar óxido de nitrógeno.
El nitrógeno transformado por rizobios alimenta a las leguminosas que los hospedan pero también enriquecen el resto del suelo. Así, las leguminosas y sus rizobios juegan un papel importante en los ecosistemas, pues fertilizan los suelos. También por esta razón, muchas civilizaciones han combinado leguminosas con otras plantas en sus cultivos. Por ejemplo, el frijol es un componente esencial de toda milpa.
Hay sólo dos fuerzas en la naturaleza capaces de romper el enlace entre dos átomos de nitrógeno. La primera son los relámpagos. Los relámpagos rompen el enlace entre átomos de nitrógeno del aire y éstos se combinan con oxígeno para formar óxidos de nitrógeno, que las plantas pueden utilizar. Así, cada vez que hay una tormenta eléctrica, llueve un poco de fertilizante. La segunda son los rizobios, que tienen enzimas tan poderosas que pueden combinar el nitrógeno de la atmósfera con oxígeno para formar óxido de nitrógeno.
El nitrógeno transformado por rizobios alimenta a las leguminosas que los hospedan pero también enriquecen el resto del suelo. Así, las leguminosas y sus rizobios juegan un papel importante en los ecosistemas, pues fertilizan los suelos. También por esta razón, muchas civilizaciones han combinado leguminosas con otras plantas en sus cultivos. Por ejemplo, el frijol es un componente esencial de toda milpa.